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También en este poema va a anochecer.
Debo cazar rápido las palabras: mundo, árbol, lágrima,
va a anochecer y aún no he comprendido el día.
Esperaba el mundo, lo esperaba todo
(un puerto amplio de aguas oscuras y brillantes)
y allí estaban las palabras para darme aire:
noche, duelo, frío.
Hacía frío en mis manos amoratadas rumbo al colegio.
La estufa ahumaba. Letras de humo, letras de cartón,
relatos en la oscuridad como vuelos de búhos.
Una pobreza luminosa, una intemperie preciosa y preciada.
Va a anochecer (hay tiempo, no estamos en el trópico).
Yuyal, casa, violeta, una brújula para mi cielo de
papel glacé.
Paulina Vinderman
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