A veces, en días de luz perfecta y exacta,
en que la cosas tienen toda la realidad que pueden tener,
me pregunto a mí mismo sin apuro
por qué sigo atribuyendo
belleza a las cosas.
Una flor, ¿tiene acaso belleza?
¿Acaso tiene belleza un fruto?
No: tienen color y forma
y existencia, nada más.
Belleza es el nombre de algo que no existe.
Que yo doy a las cosas a cambio del agrado que me producen.
No significa nada.
¿Entonces por qué digo de las cosas que son bellas?
Sí, incluso hasta mí,que vivo sólo porque vivo,
llegan invisibles las mentiras de los hombres
ante las cosas,
ante las cosas que simplemente existen.
¡Qué difícil es ser uno mismo y no ver sino lo visible!
Fernando Pessoa en Cantos de Hospicio
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