El infierno de los vivos no es algo que será; es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos.
Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera esfácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más.
La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos; buscar y saber reconocer quién o qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio.
Las ciudades invisibles,
Italo Calvino
Italo Calvino
2 comentarios:
excelente,de lo mejor de calvino,abrazos
Gracias Alejandro!
Abrazos de otoño
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