Las calles de Córdoba tienen un imán. Ciertas calles, que me gusta caminar.
El viernes nos cruzamos y no me saludaste. (si, no pasaste desapercibido, nadie pasa desapercibido, si alguna vez digo eso sepan que miento). Ya sé que puse mi mejor cara de "no me importa el resto del mundo, guardate tu saludo" pero esperaba que te volvieras a buscarme. Todavía me asombra tu manera suave de no insistir (el truco conmigo es insistir, siempre insistir).
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