Se retuerce... pone las manos en la espalda. Espera. Nosotros hablamos como siempre de cualquier cosa (algo de un cometa y su longitud, creo). Va a darse vuelta... a entrecerrar los ojos. "Algo es algo" pienso, y me dejo convencer, de que no importa ninguna otra cosa, de que no hay nada que escuchar.
No, no es el hecho estar de acuerdo o no estarlo, interesarse por todas las cosas serias, hablar de a dos con esa extrema facilidad. No, han dicho que eso no es lo importante. Sólo este efecto profundo de los ojos.
No entiendo nada de amores.
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