Acá estoy, con el ventilador de techo y ganas de tomar mate y la bombilla tapada. La gata de tanto lamerme el hombro me hizo un moretón. Cuando fuí a las sierras me puse protector factor 60 (tenía mucho miedo al dolor rojo) y ahora tengo la espalda doradita en una zona, blanco en otras, pura mancha, parezco enferma. Pero hay cosas positivas... hablo con mi papá de las cosas que me pasan y aunque su respuesta es que hay que cerrarse al mundo y no hablar con nadie, ya no me enojo porque lo dice, lo escucho y asiento. Hablo con mi hermano y está tan aburrido como yo y entonces decimos "aburramonos juntos". Hablo con mi mamá en Alemania y dice que camina y es feliz. Hablo con la Magy y me ayuda a no dar bola y a darme cuenta de que ciertas cosas no están sólo en mi imaginación (tan loca no estoy). Recibo mails de amigas que ahora sé que me quieren aún así, lejos como estamos casi siempre.
Y ya sé que no es real que esté sola, y ya sé que no es real que no me quieran (que algunos no me quieran no significa que nadie me quiere). Pero quisiera sentirme un poco más importante para alguien alguna vez... esas personas que cambian la vida...
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