"El discurso amoroso asfixia al otro, que no encuentra ningún lugar para su propia palabra bajo ese decir masivo. No es que yo le impida hablar; pero sé insinuar sus pronombres: "Yo hablo y tu me entiendes, luego existimos" (Ponge). A veces, con terror, tomo conciencia de ese vuelco: yo, que me creía puro sujeto (sujeto sujetado: frágil, delicado, lastimero), me veo convertido en una cosa obtusa, que anda a ciegas, que aplasta todo bajo su discurso; yo, que amo, soy indeseable, alineado en las filas de los fastidiosos: los que son pesados, molestan, se inmiscuyen, complican, reclaman, intimidan (o más simplemente: los que hablan). Me he equivocado, monumentalmente."
los dos nos equivocamos Barthes, todos nos equivocamos de la misma manera
es una necesidad verborragica: yo te necesito!!! ¿como puede ser que no me necesites? ¿como puedes existir en ese silencio?¿de que están hechos tus días ahora o antes? ¿estoy en tu cabeza como vos en la mía?
tengo necesidad de escuchar tu discurso
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