lunes, abril 29, 2013
miércoles, abril 24, 2013
lunes, abril 22, 2013
jueves, abril 18, 2013
Landfill - Daughter
Throw me in a landfill
Don't think about the consequences
Throw me in the dirt pit
Don't think about the choices that you make
Throw me in the water
Don't think about the splash I will create
Leave me at the altar
Knowing all the things you just escaped
Push me out to sea
On a little boat that you made
Out of the evergreen that you helped your father cut away
Leave me on the tracks
To wait until the morning train arrives
Don't you dare look back
Walk away
Catch up with the sunrise
Don't think about the consequences
Throw me in the dirt pit
Don't think about the choices that you make
Throw me in the water
Don't think about the splash I will create
Leave me at the altar
Knowing all the things you just escaped
Push me out to sea
On a little boat that you made
Out of the evergreen that you helped your father cut away
Leave me on the tracks
To wait until the morning train arrives
Don't you dare look back
Walk away
Catch up with the sunrise
jueves, abril 11, 2013
miércoles, abril 10, 2013
La planta de Felisberto
En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesías; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Felisberto Hernández (Uruguay, Montevideo, 1902- id., 1964)
En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesías; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Felisberto Hernández (Uruguay, Montevideo, 1902- id., 1964)
sábado, abril 06, 2013
jueves, abril 04, 2013
martes, abril 02, 2013
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